GENEROSIDAD
Pedro Olcese
Generosus significa "de buena raza" (genus / generis), "fecundo"; es la virtud esencial de una raza: su calidad y abundancia de reproducción. Una vaca generosa es la que da muchos y buenos terneros, y abundante leche. Este adjetivo fue inventado para aplicarse a los animales. Luego se aplicó al hombre, pasando pronto a los significados metafóricos, que finalmente desplazaron a los originales.
Cierto es que incluso el significado "humano de engendrar" acaba convirtiéndose en un acto de generosidad, pues somos resultado inevitable del mismo, generosidad es compartir el hábitat y sus recursos con la prole. He ahí la gran paradoja: esta generosidad repercute a la larga en beneficio del que la practica. Al compartir su vida y sus recursos vitales, está dilatando su propia vida, porque gracias a la generosidad practicada en la juventud, al compartir vida y recursos con los hijos, se obtiene de ellos la prolongación de la vida durante el período terminal de la misma, en que ya no somos capaces de sustentarnos.
La longevidad depende de la generosidad. Quien quiera vida, debe dar vida. Esta es una primera ley de la Naturaleza, tan inexorable como la ley de la gravitación universal. Y quien no ocupe su territorio con el fruto de su generosidad, tendrá que sufrir las consecuencias de la ingratitud. Otra paradoja es que no siempre se recibirá el mismo pago. Así es la vida.
Actuar generosamente es solidarizarce y apoyar desinteresadamente a otra persona, la pareja, un hijo, un amigo, un necesitado, y que al actuar generosamente sentimos alegría y felicidad personal; teniendo en cuenta la utilidad y la necesidad de esa persona, aunque cueste esfuerzo. Fruto de la generosidad es la entrega, y aunque algunos no lo crean, este hecho produce felicidad; aún el mas egoísta en el fondo de su alma desea entregarse a algo o a alguien. Una persona que tiene el hábito de ser generoso hace de todas sus relaciones un hecho trascendente, que lo engrandece. Es una virtud que difícilmente se puede apreciar en los demás con objetividad. Hacer algo en favor de otras personas puede significar: dar cosas, dar tiempo, prestar atención, prestar nuestras posesiones, perdonar, saludar, recibir, etc. La voluntad del hombre tiende al bien, pero la generosidad supone utilizar la voluntad para acercarse consciente y efectivamente al bien.
Ser auténticamente generoso es entregarse, significa sacrificar algo nuestro en bien de los demás, como dejar de leer el periódico y atender al necesitado, incluidos nuestros hijos. Somos generosos con el tiempo usándolo en actividades agradables o formativas para los demás, trasmitiendo y creando un ambiente propicio para aumentar los sentimientos de paz interior, tranquilidad, de seguridad y solidaridad con los demás.
También es una falta de generosidad no permitir que otros sean generosos con uno. La persona que da o se da, calculando los resultados es por el contrario EGOÍSTA, es mas importante el concepto de darse, que de dar. La generosidad no exige grandes conocimientos, mucho menos experiencia, es algo tan natural que muchas actitudes de los niños nos demuestran actos de verdadera generosidad. No existen fórmulas secretas para ser generoso, simplemente se es. Dar sin esperar nada a cambio.
Se puede no ser generoso y cambiar?, Sí, inténtelo!
Alguien lo necesita a Usted.
Pedro Olcese
El collar turquesa
Un hombre tras el mostrador, miraba la calle distraidamente.
Cuando una pequeña de 8 años llegó a la tienda y apretó su naricita contra la vitrina. De pronto, sus ojos de color del cielo brillaron cuando vio aquello que estaba buscando. Pidió ver el collar de turquesa azul.
- Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?, dijo al h ombre del mostrador.
El dueño del negocio miro desconfiado a la niña y le preguntó:
- ¿Cuánto dinero traes?
Sin dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:
- ¿Eso da?
Eran apenas algunas monedas que ella exhibía con orgullo.
- Sabe, continuó, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es su cumpleaños y estoy convencida que estará feliz con este collar que es del color de sus ojos.
El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.
- Tome -dijo a la niña-. Llévelo con cuidado.
Ella salió feliz corriendo y saltando calle abajo.
Aún no acababa el día, cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho y preguntó:
- ¿Este collar fue comprado aquí?
- Sí señora, respondió el dueño
- ¿Y cuánto costó?
- ¡Ah!. El precio de cualquier producto es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente.
- La joven continuó: Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella no tenía dinero para pagarlo.
El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven diciéndole:
- Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar.
ELLA DIO TODO LO QUE TENIA.
la generosidad atrae generosidad
Pedro Olcese
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"el último recurso del hombre para sobrevivir a la muerte es la amistad"
Cuando una pequeña de 8 años llegó a la tienda y apretó su naricita contra la vitrina. De pronto, sus ojos de color del cielo brillaron cuando vio aquello que estaba buscando. Pidió ver el collar de turquesa azul.
- Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?, dijo al h ombre del mostrador.
El dueño del negocio miro desconfiado a la niña y le preguntó:
- ¿Cuánto dinero traes?
Sin dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:
- ¿Eso da?
Eran apenas algunas monedas que ella exhibía con orgullo.
- Sabe, continuó, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es su cumpleaños y estoy convencida que estará feliz con este collar que es del color de sus ojos.
El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.
- Tome -dijo a la niña-. Llévelo con cuidado.
Ella salió feliz corriendo y saltando calle abajo.
Aún no acababa el día, cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho y preguntó:
- ¿Este collar fue comprado aquí?
- Sí señora, respondió el dueño
- ¿Y cuánto costó?
- ¡Ah!. El precio de cualquier producto es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente.
- La joven continuó: Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella no tenía dinero para pagarlo.
El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven diciéndole:
- Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar.
ELLA DIO TODO LO QUE TENIA.
la generosidad atrae generosidad
Pedro Olcese
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"el último recurso del hombre para sobrevivir a la muerte es la amistad"